Desde pigmentaciones de la piel ciertamente habituales como el vitíligo o el melasma, difícilmente diferenciables en algunos casos, a carcinomas basocelurares -o el tipo de cáncer de piel más común- en su modalidad supergigante, pasando por los nuevos tratamientos con láser o fármacos avanzados, los desafíos a los que se enfrenta la dermatología actual son muy elevados, y todos ellos dependen de cuánto de precoz sea el diagnóstico. Por ello, varios de los especialistas más prestigiosos de España y Latinoamérica han repasado la situación actual de los diagnósticos preventivos y las terapias invasivas y no invasivas en el simposio anual del Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología (CILAD) en Madrid.
“La prevención es básica para diagnosticar y tratar una enfermedad dermatológica. No es tanto el poner cremas para mitigar los efectos del sol y esas cosas cotidianas que la gente entiende, que también, sino que el posible paciente llegue a tiempo a nuestra consulta, que no le dé miedo a venir y a preguntar si eso que le está pasando en la piel es normal o no”, esta cita, atribuida al doctor Diego del Ojo, se ha podido escuchar en el simposio anual que el CILAD (Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología) ha realizado en el marco del Congreso Nacional de Dermatología y Venerología que, este año, ha cumplido su 51ª edición.
Y es que este simposio es siempre cita obligada para los dermatólogos en España, ya que reúne a varios de los mejores especialistas procedentes de ambas orillas del Atlántico para tratar las principales tendencias del sector, tanto en prevención como en diagnóstico y terapia de enfermedades en piel, manos y uñas. Una muestra más del gran alcance del CILAD, que cuenta con más de 5.000 afiliados en 23 países diferentes.
Con el presidente del CILAD, José Luis López Estebaranz, y el director de Asuntos Internacionales de la organización, Antònio Massa (antiguo Responsable del Servicio de Dermatología de Santo Antonio -Portugal-), como moderadores, en este simposio se han tratado temas de actualidad, como los carcinomas basocelulares supergigantes -el cáncer de piel más habitual en su versión extrema- el uso exitoso del láser en el tratamiento de los melasmas para quitar esas manchas en la piel tan molestas y que nos hacen envejecer rápidamente, y cómo algunos fármacos ayudan a mitigar -o incluso curar- algunos tipos de cáncer de piel.
También se han tratado desafíos muy comunes en dermatología y que nos pueden afectar a todos, como las fórmulas para diferencias entre discromías cutáneas -hay numerosos trastornos de la piel que provocan manchas y que son difíciles de diferenciar, sobre todo en pieles muy oscuras-, o enfermedades muy agresivas, como una sífilis, que provoca úlceras y otro tipo de lesiones en la piel que deben tratarse conjuntamente con otros tratamientos indicados por médicos de otras especialidades, por lo que las reacciones y por lo tanto, los fármacos y técnicas usadas, pueden cambiar de muy diversas maneras.
LOS DESAFÍOS DE LA DERMATOLOGÍA ACTUAL, EN SEIS INTERVENCIONES
Uno de los tratamientos que siempre ha sido más temido por los pacientes a la hora de enfrentarse a una terapia dermatológica es el uso del láser. El doctor Rubén del Río, dermatólogo en la Fundació Hospital de l’Esperit Sant de Santa Coloma de Gramenet, tiene muy claro que, para la solución de casos de melasma -un trastorno cutáneo complejo por sus causas y tratamiento, que aparece, sobre todo, en el rostro de mujeres jóvenes, lo que puede conllevar secuelas psicológicas- es el uso del láser junto a otros ayudantes como cremas o fármacos de ingesta bucal. “Gracias a los nuevos protocolos de tratamiento con láser controlado y con luz pulsada intensa, los efectos secundarios son mínimos y se logra la mayor eficacia en la desaparición de casos de melasma sin efectos adversos”, explica el doctor Del Río.
Por su parte, la doctora dominicana Mariel Isa, vicepresidenta 2ª del CILAD y directora médica de ISA Grupo Dermatológico, se ha centrado en presentar las discromías cutáneas, alteraciones congénitas o adquiridas de la coloración cutánea como un reto para los especialistas, sobre todo en pacientes con tonalidades de piel más oscuras. En este sentido, Isa ha explicado que en este tipo de pieles “los diagnósticos diferenciales como las respuestas terapéuticas pueden ser objeto de intensos debates, ya que en muchas ocasiones trastornos como el vitíligo, el melasma, la pigmentación post‑inflamatoria o las melanosis fotosensibilizante pueden representar un desafío inicial potente para el/la dermatólogo/a, ya que comparten similitudes morfológicas, físicas y de pigmentación”, si bien hoy en día hay pruebas en laboratorio que pueden diferenciarlos rápidamente con una simple biopsia.
Tras esta intervención, el doctor José Luis López Estebaranz, profesor titular de Dermatología en la Universidad Rey Juan Carlos y jefe del Servicio de Dermatología en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón, ha puesto el foco en los carcinomas basocelulares supergigantes. Esta variante poco frecuente del cáncer cutáneo más común (se prevé que en países como Estados Unidos la incidencia de este tipo de cánceres aumente en un 20% hasta 2040) supone un gran desafío terapéutico por una cirugía imposible o muy mutilante. Sin embargo, nuevas líneas de investigación como la radioterapia o los nuevos fármacos inhibidores de la vía Hedgehog están logrando resultados satisfactorios, tanto si se utilizan como terapia principal como si se recurre a ellos como adyuvantes. El doctor Estebaranz puso como ejemplo a una mujer, de mediana edad, con un estilo de vida medio-alto, madre de dos hijos y con un trabajo estable, que había estado 26 años tratándose un carcinoma basocelular supergigante solo con gasas y Betadine, desafiando erróneamente un cáncer de piel que, si no se cura a tiempo, puede ocasionar un sufrimiento irreversible e, incluso, la muerte. Este tipo de casos, si bien son escasos, ejemplifican meridianamente la importancia del diagnóstico precoz y la no automedicación sistemática.
En un tono técnico, el prestigioso especialista panameño Reynaldo Arosemena, Jefe del Departamento de Dermatología del Hospital Santo Tomás de Panamá, ha planteado soluciones simples a problemas complejos, llamando la atención sobre la utilidad de técnicas muy frecuentes en el campo de la dermatología que están cayendo en desuso poniendo dos ejemplos: el tratamiento de un cáncer de piel localizado en la nariz en los inicios de la pandemia de COVID-19 y la solución a un caso también de cáncer muy complejo por el tamaño de la lesión y las comorbilidades del paciente. En ambos casos, el uso de fármacos como el IMIQUIMOD Crema 5% fueron vitales para mitigar las lesiones producidas o, incluso, para curar este tipo de cánceres.
Venido desde México, donde se celebrará en 2027 el Congreso Mundial de Dermatología en la ciudad de Guadalajara, el doctor Jorge Ocampo Candiani, Jefe del Departamento de Dermatología del Hospital Universitario de Nuevo León -México-, ha centrado su exposición en los diagnósticos precoces de diferentes tumores como el condiloma acuminado gigante, que si bien pueden ser “ocultados” por los pacientes por localizarse en lugares como el pene, son fácilmente tratables si se diagnostican a tiempo. Además, ha incidido en algunos malos hábitos, muy comunes en otro tipo de especialidades como la neumología o la hepatología, que pueden provocar estas enfermedades junto con otros trastornos más fisiológicos: tabaquismo, diabetes mal controlada, abuso de sustancias, mala higiene…
Por último, el doctor Diego del Ojo Cordero, del Hospital Clínico Universitario de Puerto Real (Cádiz), ha puesto especial énfasis en un trastorno que incide, sobre todo, en el nervio periférico, en los ganglios y en nervios más superficiales que derivan en otros subtumores en tejido blando: los neurofibromas. Socialmente es un tipo de trastorno que deja bastantes secuelas psicológicas, ya que las partes del cuerpo afectadas se hinchan en grandes dimensiones provocando malformaciones y protuberancias excesivas. Medicamentos como el SELUMETINIB, para neurofibromas plexiformes inoperables, o intervenciones mediante láser de CO2,para lesiones más pequeñas pero más numerosas, son dos técnicas actuales con muy buenos resultados para este tipo de casos.