"A LA GUARDIA CIVIL NUNCA SE LE LLAMA PARA NADA BUENO. SI FUERA FÁCIL, SEGURO, CÓMODO O SOBRE TODO BIEN PAGADOS, OTROS HABRÍAN IDO EN VEZ DE ELLOS". ARTURO PÉREZ REVERTE.
La Virgen del Pilar otra vez llora. Barbate de luto por la muerte de dos guardias civiles.
«Los derechos humanos no se mendigan se exigen. Los derechos laborales y constitucionales se garantizan. Las sentencias judiciales de la UE y del TC se ejecutan. Menos dolor y consideración y menos corrupción». Un grito a los políticos indecentes.
Abandonados por su patrona, abandonados por toda la clase política, desde tiempos que ya no se recuerdan y tratados como perros que resultan ser la alegría de los afligidos.
Los guardias civiles desde tiempos que no se pueden recordar siempre han sido una parte entrañable de los pueblos de España. Han sido y siguen siendo personas que han estado y siguen estando unidos a la población para ayudarles y empatizar con su ciudadanos protegiéndolos hasta con sus vidas.
Tristemente el sindicato del generalato, empecinados en el viejo régimen siguen creyendo soldados y siervos al servicio de un estado profundo que no quiere adaptarse al estado constitucional y a la carta de derechos humanos y constitucionales, recordemos que es uno de los colectivos profesionales de la policía de España donde más suicidios se producen. Las hipótesis, pésima organización, anulación de todo tipo se consideración hacia sus recursos humanos y eliminación del diálogo.
A pesar de haber sido condenada la institución por diversas sentencias de los más altos tribunales de España y de la UE, el modelo de antaño sigue siendo la desobediencia grave a esas sentencias firmes que hacen que la institución sea un estado dentro de un estado donde ni los jueces, ni las instituciones políticas las someten al juego democrático.
Los mandos, el gobierno, el ministro no pueden ver para otro lado, cuarteles, cerrados en todo nuestro territorio, modelo policial arcaico, discriminación laboral y salarial evidente, trato vejatorio a los profesionales de la seguridad pública y a sus familias, desobediencia a nuestros tribunales de justicia y litigios entre asociaciones y DGGC de manera habitual y continua sin sentido y que causa graves daños a la institución y al servicio de justicia y la mayor de las desgracias es que la dirección general no paga por el daño fraudulento que los tribunales censuran cada día.
Hace unas pocas horas dos guardias civiles han muerto en acto de servicio, nuevamente la pésima organización de nuestra querida benemérita nos ofrecen resultados de su pésima gestión, sobre todo por carencia de medios. Nuevamente el dolor, se asoma en los corazones de los españoles y de todo el colectivo de miembros de las FSE, viudas, huérfanos y miles de compañeros que lloran, nuevamente abandonados por sus generales que no están ni conocen la realidad del campo de trabajo. Resultado. Dos guardias civiles han muerto y otros dos han resultado heridos, uno de ellos grave,
Como consecuencia del impacto, dos de los agentes, Miguel Ángel y David, fallecieron en el acto. Un tercer guardia civil resultó herido grave con la amputación de un brazo, mientras que el cuarto ocupante de la patrullera solo sufrió lesiones leves. La narcolancha, que transportaba hachís, se dio a la fuga tras el ataque, pero fue interceptada poco después por otra patrullera de la Guardia Civil. Los tres tripulantes de la embarcación fueron arrestados y puestos a disposición judicial.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha desplazado este sábado a Cádiz para reunirse con los familiares de las víctimas y mostrar su apoyo a la Guardia Civil. Dentro de poco serán homenajeados, les impondrán medallas por su sacrificio y por sus valores, para quedar bien ante la sociedad. Nada cambiará, los miembros de la Guardia Civil, seguirán marginados, siendo los esclavos del siglo veintiuno, mal pagados, sin jornada horaria normalizada y adecuada a la normativa internacional y nacional, sin protección en materia de riesgos laborales, con prendas de vestir negociadas y malas, sin material o medios para enfrentarse a la delincuencia con garantías de excelencia en el trabajo y que garantice su seguridad, sin salarios respetables y equiparados a otras policías como las autonómicas, sin un consejo de personal que garantice el respeto a los derechos constitucionales se les escuche y sean un medio democrático de debate y acuerdos.
La muerte de los dos guardias civiles ha causado una gran consternación en la sociedad española. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha condenado el ataque y ha expresado su solidaridad con las familias de las víctimas. Condena que no sirve para nada, el colectivo sigue apartado de los derechos humanos y constitucionales, carente de medios y sin una organización moderna y que acompañe a la sociedad actual y sin ser declarados como profesión de alto riesgo.
Los dos guardias civiles fallecidos, Miguel Ángel y David, tenían 39 y 43 años, respectivamente. Ambos estaban destinados en el Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil con sede en Algeciras. Este trágico suceso pone de manifiesto el peligro al que se enfrentan los agentes de la Guardia Civil en su lucha contra el narcotráfico. Descansen en paz.