De acuerdo con la agencia EFE, se trata de un collar con forma de cencerro que se coloca en el cuello de las novillas primerizas y que a través de un sensor envía un mensaje vía wifi a los ganaderos cuando las vacas entran en celo.
Dicha tecnología importada de Francia y desarrollada por los informáticos de la Universidad de Salamanca, permite ahorrar mucho dinero dado que al controlar el celo de la novilla los ganaderos no gastan en semen —cuya dosis cuesta al menos 50 euros— para inseminación.
Otra novedad que también se ha puesto en marcha son los termómetros vaginales. Dicho termómetro se coloca quince días antes del parto y mediante una aplicación móvil informa al ganadero sobre la temperatura corporal del animal.
“Cuando hay una bajada considerable de temperatura, la aplicación te avisa de que el parto tendrá lugar en 48 horas, y, cuando el termómetro es expulsado te llega un mensaje advirtiendo de que animal va a parir en una hora”, explica el ganadero.