La alarma en torno a la presencia de huevos contaminados en varios países europeos, sacó a relucir hoy carencias persistentes en la trazabilidad de los ingredientes empleados en el procesamiento de alimentos.

Información
Portada 13 Agosto 2017 1769 Votos Correo electrónico Imprimir
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
social youtube xornalgalicia   feed-image

La alarma en torno a la presencia de huevos contaminados en varios países europeos, sacó a relucir hoy carencias persistentes en la trazabilidad de los ingredientes empleados en el procesamiento de alimentos.

 

Así lo considera la Confederación Nacional de Agricultores Directos de Italia (Coldiretti), una de cuyas principales demandas es la transparencia en el origen de los productos y la descripción del proceso de transformación a través de la identificación de sus componentes.

Tal exigencia tiene un valor universal, aunque su significación es mucho mayor en un país donde las dos terceras partes de su población se preocupa por el impacto de la alimentación en la salud, según un sondeo realizado en mayo último por la firma Ixé.

Los italianos consumen una media per cápita de unos 215 huevos al año, de los cuales 175 son ingeridos directamente y los 140 restantes a través de productos elaborados como pastas y dulces.

La producción nacional, según la mayor organización del sector agroalimentario del país, es de 12 mil 600 millones, con lo cual se cubre casi toda la demanda de poco más de 13 mil millones.

Las regulaciones de la Unión Europea garantizan una abundante información en el cascarón de los huevos, donde se registra la procedencia, el método de cría de las gallinas, el tipo de alimento y el país de origen, entre otros.

En opinión del presidente, Roberto Moncalvo, ese sistema de etiquetado abre un camino importante de transparencia para garantizar al consumidor la información necesaria para tomar una decisión, lo cual no sucede con muchos otros alimentos.

El problema, apuntó el directivo en el sitio web www.coldiretti.it, radica en los productos elaborados industrialmente donde está ausente esa información.

Para el encargado de seguridad alimentaria en la organización, Roberto Manfredini, la culpa es de la Comisión Europea porque según él 'siempre se inclina a favor de los industriales que así pueden aprovisionarse (de materias primas) donde más les convenga'.

En entrevista concedida al diario Il Fatto Quotidiano, el directivo añadió que se trata de una historia reiterada con el consumidor quien es el último eslabón de la cadena productiva, 'abandonado y sin posibilidad de defensa'.

Al responder a la pregunta sobre por qué no se ha logrado una trazabilidad total de los ingredientes en Europa, Manfredini indicó que 'Bruselas lo ha visto como una suerte de atentado a la libre circulación de mercancías'.

Subrayó que detrás ese concepto se esconden los intereses de los industriales de la transformación, para abastecerse de insumos donde mejor lo consideren y al más bajo precio.

El escándalo de los huevos contaminados comenzó en Holanda el dos de agosto último, cuando se detectó en varios lotes la presencia de Fipronil, un insecticida de uso prohibido en animales vinculados a la alimentación humana, lo cual se violó en este caso al ser utilizado para desinfestar las gallinas y su entorno.

A partir de ahí, la Comisión Europea dio la voz de alarma y comunicó los 15 países de la región a donde llegaron, según sus controles, los huevos contaminados o los productos elaborados con ellos.

La lista incluyó a Bélgica, Suecia, Francia, Gran Bretaña, Austria, Irlanda, Luxemburgo, Polonia, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, Dinamarca, Italia y Suiza, además de Hong Kong.

En Italia, el Ministerio de Salud aseguró que tras investigar las importaciones de ese producto realizadas en los últimos meses, se ubicó sólo el caso de una empresa que adquirió alimentos procesados en Francia con huevos provenientes de Holanda, los cuales fueron ocupados antes de llegar a la red minorista.

No obstante, señaló que el ministerio continuará evaluando con atención las informaciones relacionadas con la circulación de lotes de huevo en Europa, tomando en cuenta las nuevas pistas emitidas por el sistema de alerta comunitario, procedentes de países no involucrados originalmente.

Como medida preventiva, las autoridades sanitarias italianas pusieron en marcha un mecanismo para la vigilancia sistemática sobre la carne de pollo, huevos y derivados en el mercado local para detectar la presencia del insecticida.