UN POLICÍA DE JUSAPOL QUE SE JUBILA SIN CONSEGUIR LA EQUIPARACIÓN SALARIAL,
Carta abierta al señor Ministro del Interior Marlaska.
La decepción de policías y de guardias civiles reflejada en la carta al ministro, de un histórico sindicalista de la policía en la que después de cuarenta y cinco años y de movilizarse en favor de la equiparación salarial, insta al ministro a llevar a cabo cambios radicales y la readmisión de los guardias civiles democráticos para poner fin a los actos corruptos.
Permítame que me dirija a usted, señor ministro. Soy un policía nacional, que me acabo de jubilar, aunque sé que para usted sólo soy un número más, me he jubilado recientemente, después de cuarenta y cinco años de servicio, –45–, con una grave e indecente e injusta discriminación salarial, por lo cual he sufrido una triple discriminación en relación a España y a los españoles, especialmente con colectivos de compañeros que ejercer las mismas funciones que el que le escribe, con las “policías autonómicas”, con las “policías locales”, y ahora con nuestros propios compañeros que ingresaron después del año dos mil once –2011–.
Estos últimos con el mismo uniforme, mismo puesto de trabajo y mismas funciones, retirados por la seguridad social con mayores retiros. Me dirá que es por la cotizaciones, y yo le digo que nos es verdad, tenemos el precedente de los cuarenta y nueve millones —49– que aprobó el consejo de ministros para completar las pensiones de Mossos y de Policía Foral.
Yo que soy un Policía de la Escala Básica le propongo tres soluciones: 1ª Subirnos al grupo B, se puede por el curso homologado de la academia. 2ª Quitar todos los complementos y quedar sólo el complemento general, cuestiones fáciles de hacer, como se hizo con los Mossos, además de tener todos el mismo pagador. También han tenido y tienen más opciones y, sino, búsquelas, como pudiera ser la integración de clases pasivas en el régimen general de la Seguridad Social para todos los efectos.
Como ya le dicho, he cumplido cuarenta y cinco años de servicio –45–, ingresé en la academia de Canillas, en 1978, ya en la democracia, con Adolfo Suarez de Presidente y Martín Villa de Ministro del Interior, por lo que he conocido a todos los Ministros desde el nombrado Martín Villa hasta usted, como los anteriores, igual de malos, sólo les importaba las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del estado, para hacerse la foto, pero sin la menor duda, el peor de todos fue un tal Fraire, que lo único que recuerdo de él es una frase antológica que dijo: » un policía no podía ganar más que un sargento del ejército.
Recuerdo a cientos de compañeros asesinados, que usted premia con acercamientos, aunque al amparo del reglamento penitenciario. He asistido a muchos funerales, eran a las nueve de la mañana, oficiados por el capellán castrense,porque los sacerdotes del País Vasco se negaban a ello, llevé a uno de ellos sobre mis hombros.
Para finalizar Ya, quiero apelar a su condición de magistrado, para que la justicia brille, que rehabilite a los guardias civiles expulsados, sabe muy bien que no cometieron delito alguno y mucho menos el imposible de cometer, el de sedición, dos sentencias lo avalan, la del Tribunal Constitucional y la del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ese mismo tribunal que cumple usted rápidamente sus sentencias, cuando de los asesinos de ETA se trata. Señalarle también que hay varias resoluciones del congreso de los diputados, sabe que esto lo contempla la nueva ley de personal, en trámite, pero que seguramente no será aprobada en esta legislatura, haga como se hizo con los militares democráticos –UMD– y ordene su readmisión y, ya de paso investigue la delictual «operación columna”, cúmulo de delitos de lesa humanidad que deben ser investigados y no sólo por los juzgados, sino, por medio de una “Comisión de la Verdad en el propio congreso de los diputados”, la operación delictual Columna hecha en democracia, fue contra los guardias civiles democráticos en especial y contra toda la población en general, y no se debe dejar en el olvido, para que hechos como estos nunca más vuelvan a cometerse en un estado democrático, social y de derecho. Señor Ministro, un Real Decreto, y en horas cumplirá como político y como magistrado con sus obligaciones y será siempre recordado, sobre todo como garante de la justicia cuya obligación tiene como Juez y Magistrado.