
os fallecidos están ausentes nunca desaparecidos. Javier Nodar siempre en nuestros corazones.
En un momento en que la Guardia Civil afronta nuevas elecciones al Consejo y se reabren debates sobre representación, derechos y dignidad institucional, recordar a Javier Nodar es un acto de justicia y memoria.
No fue un hombre de discursos vacíos ni de gestos de cara a la galería. Fue, ante todo, un guardia civil honesto, decente y leal, de esos que defendían a sus compañeros con hechos y no con palabras. Acceso a video Javier Nodar. DEP
Como miembro activo de la UniónGC, Javier Nodar destacó por su compromiso real con la mejora de las condiciones de los guardias civiles, por su defensa de la transparencia interna y por su empeño en que la voz del agente de base tuviera el mismo valor que la del mando.
Su conducta fue siempre un ejemplo de equilibrio entre disciplina y conciencia, entre lealtad institucional y pensamiento libre.
La lucha por la memoria y la dignidad.
Pero si hay un aspecto que define su legado, es su dedicación a la rehabilitación de los UMDVERDES, aquellos guardias civiles demócratas que fueron sancionados y expulsados en tiempos donde la libertad de pensamiento se pagaba cara.
Javier entendió que reconocer su sacrificio no era un gesto político, sino un deber moral con la historia del Cuerpo. Defendió públicamente su restitución y trabajó, desde su posición en la UniónGC, para que se reconociera la dignidad de quienes abrieron el camino hacia una Guardia Civil moderna y respetuosa con los derechos humanos.
Por eso, los miembros del colectivo UMDVERDES no lo olvidan. Lo recuerdan con afecto, respeto y gratitud. Para ellos, Javier Nodar fue más que un compañero: fue un aliado, un referente y un amigo. Su nombre sigue vivo en cada conversación, en cada acto y en cada gesto que busca mantener la memoria de aquellos que lucharon por la verdad dentro del propio uniforme.
Un ejemplo para las nuevas generaciones
En tiempos donde algunos parecen haber olvidado el valor del honor, la figura de Javier Nodar se alza como una lección viva. Su manera de servir a España —sin servilismo, sin intereses y sin rendirse ante la injusticia— debería ser espejo para las nuevas generaciones de guardias civiles que hoy reclaman dignidad y respeto.
Javier no buscó reconocimiento, pero lo merece. No pidió homenajes, pero su ejemplo los inspira. Su memoria permanece como un faro de coherencia y humanidad en una Institución que necesita volver a mirar hacia sus mejores hombres.
Javier Nodar, un inolvidable compañero, que desde donde esté estará trabajando junto a todos sus compañeros y como no al lado de la "UnionGC". Su organización. DEP






