Que lo que sobra es que nos expliquen (sus explicaciones) -de aquí la verguenza y pudores de este y cualquier escrito, o la que debería tener-, lo que sobra es que aleccionen (sus lecciones), lo que falta es que den explicaciones. No que nos conciencien, que consciencia ya tenemos. Tener consciencia es como salir al balcón a ver qué pasa en la calle. Tener conciencia sirve para que el cura, según el bien y el mal, te haga rezar tres avemarías.
Yo, sí, yo, yo hablo de mí, de mí mismo, es lo que mejor me sé. Mejor o peor, como todo el mundo. En esto hay que tener algo de sinceridad. Quizá sea mejor -ya que la moralidad a menudo es bastante inmoral-, que tener conciencia, ser consciente. Si alguien habla del mar o de una tía por parte de madre que vive en Argentina, la pobre, es porque ha visto el mar, quizás se lo han contado y el hombre está preocupado, o por algo de los trenes de olas y el cordón mediterráneo, que no ve claro ni él ni nadie, y, mientras, a ver si se muere la tía de Argentina, la rica, y se puede ir olvidando (él, es decir, yo; yo, no estrictamente, no yo, él, el de la tía rica, pobre mujer) La ventaja es que nunca se te olvida de qué hablas. También puede que su estado natural sea estar preocupado, no preocupado por la salud de la familiar y cualesquiera otras cuestiones formales sino por la salud que se llama financiera de la tía, o mejor dicho, de la suya, de él, hemos dicho que debíamos ser sinceros, es decir, si alguien me habla de un mar que hay en China, que los americanos seguro que dicen que es suyo, ya que los mares, dicen que deben ser democráticos y éste también es suyo por el bien de los mismos mares y de todos nosotros, y que de vez en cuando se va al pueblo, según insiste en explicar, a ver a la tía y las gallinas, que puede ir cambiando de ubicación (la ubicación de la tía, las gallinas no suelen cambiar de gallinero) como los mares americanos que dependen de las corrientes y de la dirección del viento, que, al contrario de este curioso y único caso americano, no importa de dónde viene sino adónde va, siendo el FMI el dueño del transcurrir de los días y del viento, como todos sabemos, pues los americanos tienen una tía aquí y allá y en Oklahoma, como decía, me parece, el Panero, no te engañes, todos hundiendo la proa debajo del agua, todos preocupados por los demás y las bajas presiones, es decir, lo que hemos dicho y vaya ya quedando por explicado, a ver si se muere la tía de una vez, y podemos ir hablando de otra cosa y dejar de ir al pueblo a dar consejos que no hacen falta a nadie y te los puedes meter donde te quepan, pues el despreciado yo, en un caso es nada menos que el conocimiento del bien y del mal, y en el otro el ser conscientes, lo que nos permite sentir el viento en la cara y enjuiciar la realidad, así pues, todas las tías y China, tambien las tías chinas, están hartas de tantas mentiras y sinrazones, y de Oklahoma. Tú, dime lo que quieres, lo dejamos claro, y me dejas tranquilo.
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