¿O, concretemos que hacen los escritores, especialmente consagrados, cuándo reciben manuscritos fotocopiados, primeras ediciones de autores/as desconocidos?
Este es un tema que raramente se toca, se escribe, se dice o se habla. Pero todos, si miras las biografías de las genialidades, de antaño y del presente, todos o casi todos, no digo que hayan tenido mentores, pero si en muchos casos, algo semejante a este concepto. A muchos, por recomendación de otros, sea epistolar, sea telefónica se le han abierto estudios y talleres de otras personas que llevan décadas en esa actividad cultural –sea la que sea-, y, por tanto han tenido un contacto con ellos o con ellas.
Por tanto, lo anterior es casi universal. Pero existe otro grupo, que no tienen acceso de viva voz, de entrada a sus estudios, de tomar un café, de llevar una carta, como aquellas que Umbral nos indica que Delibes le otorgó, para presentarse ante varias personas en Madrid. Sino que existen otras personas, autores y autoras, que no tienen ninguna forma de conocer de rostro y de hablar, aunque sea en un modesto cafetín ante un humilde café y hablar de cafés y cafeterías y cafeteros culturales y de escritores o pintores o músicos o ensayistas –según la especialidad…-.
¿Qué hacen esas personas…? Hasta dónde conozco por la voz de otros, y, por la experiencia, pues de vez en cuando, si son capaces de encontrarse con alguna dirección, envían en sobres sus manuscritos fotocopiados, sus primeras ediciones, sus disquetes cuándo existían, sus discos en CD o DVD, ya en decadencia, ahora los Pen Drive, y, cosas semejantes. Con la esperanza, uno, no sabe si esa persona lo valore y le conteste y le descubra, o le presente a otras personas. Así, suele ocurrir que de vez en cuando, va enviando y mostrando a unos y a otros, según tiempos. Ahora, también por correos electrónicos.
Y, lo mismo no solo a otros escritores, sino también críticos, profesores de universidad del ramo, entidades culturales, personas de la administración en ese saber, bibliotecas, fundaciones, etc. En definitiva, que si juntasen todo el dinero que se han gastado en fotocopias y semejantes, en autoediciones, y en envíos más de uno se compraría un trozo de tierra en forma de garaje apreciable.
Por eso y otras razones, he indicado multitud de veces, que se creen directorios, dónde el que quiera estar, sin selección previa, exista una ficha de cada persona, por especialidades o artes o saberes, y, así, el que quiera saber o conocer tenga un lugar dónde ir. Cada autor/a una página con mil palabras, dónde se introduce algo del trabajo de esa persona, bibliografía, curriculum, enlaces a redes, etc. Eso, haría pasar las actividades culturales del siglo diecinueve al veintiuno. Más hoy, que la electrónica lo permite…
Pues en esta dicotomía y diálogo y dilema y debate y monólogo, me he encontrado con un artículo, del notable escritor, fallecido hace casi dos años, Javier Marías Franco, en el cual de alguna manera toca este tema entre otros, titulado: A Kant ni caso, publicado en El Semanal, con fecha del 27 del ocho del 2.000 en el que trata de esa correspondencia entre lectores y escritores –pero que se podría extender a todas las actividades humanas-, entre escritores consagrados y escritores olvidados...
Ahora, nos encontramos con una situación particular. A mi entender. Cada persona recibe tanta información y tanta documentación, en forma de imágenes, sonidos, palabras, conceptos, ideas, que podemos pensar que es imposible que alguien pueda leer con detenimiento y pensar todos esos datos, y, a todas las personas que están detrás de esas informaciones y conceptos o argumentos o razones o motivos o fines o intereses… Hoy, la gran pregunta es si una obra genial se puede perder, para muchos es imposible, porque existen las redes electrónicas, y, para otros es más fácil, porque en un silo con cien toneladas de granos de arroz, quizás sea más fácil se pierda o se olvide un grano de diamante o de plata o de otro o de platino entre el arroz cereal comestible y con glucosa…
Pero todos los autores y autoras, o casi todos, por si existe una excepción ha intentado hablar con algún pope de la cultura de su especialidad, todos o casi todos, por si existe una excepción ha escrito alguna vez, o muchas veces, a algunos de los popes de la cultura de su especialidad. En este caso de la escritura, de la literatura, del periodismo, de y de…
Debo confesar, que yo he escrito a cientos de personas, a miles de personas que tienen el titular de escritores, pensadores, filósofos, ensayistas, he escrito cartas, he escrito correos electrónicos, he enviado documentación… y, debo confesar que de los popes de la cultura, solo me contestó Eduardo Mendoza, con una pequeña tarjeta. Cosa que siempre he agradecido.
Aquí, mi homenaje a Javier Marías que nunca me contestó y, a Eduardo Mendoza que si lo hizo… Paz y bien y buena voluntad y eficiencia racional también en la cultura…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (04-07 julio 2024 cr).
Fin artículo 4.310º: “¿Qué hacen los escritores consagrados con los escritos de otros escritores no consagrados?”.