Las palabras arrastran dolores y sufrimientos y penas y angustias, también, alegrías y felicidades y gozos. Las palabras son el reflejo mismo de lo que somos, individuos y colectivos.
Releo de la notable columnista Rosa Belmonte, una columna titulada Odiadores y zotes, publicada en Colpisa, el 15 de abril del 2023, en que a raíz del fallecimiento de Sánchez Dragó nos comenta, en definitiva, entiendo modestamente, las cosas que decimos de las personas cuando fallecen, las cosas que los familiares tienen que soportar en cuanto a las palabras en esos trances, y, las cosas que antes han tenido que oír…
La envidia siempre se ha dicho es el pecado capital de nuestra sociedad y de los colectivos y de los individuos que lo forman y conforman. Eso siempre se ha indicado, siempre se decía: los franceses la avaricia, los españoles la envidia –quizás, debido a siglos de trifulcas ideológicas-culturales-religiosas…-. Pero me temo que no solo es la envidia sino también mezclada con grandes dosis de avaricia y de lujuria…
Siempre he pensado que la fama y la notoriedad no es buena, que trae mas elementos negativos y perniciosos, especialmente, envidias de otros, y, quizás alguno bueno. Pero hoy en nuestra sociedad, también sé, que la marca y el personaje, al menos en cultura es muy importante, para poder vivir y existir como escritor. Los ejemplos son muchos: Serna, Cela, Dalí, Umbral. Pero yo, yo siempre he pensado que lo ideal, es que se valore el trabajo, y, el autor-a de carne y hueso quede en un quinto lugar. Pero esta es una ecuación que desconozco. Por tanto, tener un perfil muy bajo como persona, e, intentar que el trabajo sea valorado, es una fórmula que no sé, si alguien ha encontrado en nuestra sociedad. Salvo aquellos escritores americanos, que no se conocen, ni sus fotos, que algunos existen…
He redactado un par de artículos en homenaje a Sánchez Dragó a raíz de su fallecimiento, he indicado, como siempre que “no juzgo a la persona, solo valoro su trabajo cultural”, aunque para mí la ética y la estética deben ir unidas, la personalidad psicológica y la personalidad moral y la personalidad profesional deben ir relacionadas y compenetradas, que para mí, es mejor una persona de un oficio modesto que sea buena persona, moralmente hablando, que no una persona que tenga diez Premios Nobel y sea moralmente indigna. Porque no caer en uno o en varios de los siete pecados capitales o siete errores morales graves, es la lucha de cada persona, cada día…
Opino que las personas de la cultura, deberían no solo buscar la verdad, sino el bien en distintos campos y el bien moral, la bondad y la belleza. Esto aplicable a todos los saberes –ciencias, tecnologías, filosofías, artes, literatura, teologías, cultura en general…-. Porque hoy, el ser humano está en una situación paradójica y quizás, de enorme transcendencia. Todas las épocas han tenido sus enormes dilemas y trilemas. Hoy también, hoy quizás más. Se habla que estamos entrando en un cambio de etapa histórica, no solo en un cambio de fase histórica…
La cuarta fase de la Revolución Industrial, en la que estamos insertos, la primera fue en 1750, se están produciendo cambios, desde la informática y teleinformática y otras realidades, que no somos capaces de prever sus consecuencias, ni siquiera los cambios que se producirán. Puede que después, dentro de unas generaciones hayan surgido o nacido tales cambios y modificaciones que ya no solo será una nueva sociedad, sino un nuevo tipo de definición del ser humano, y, por consecuencia cambios en todas las temáticas y órdenes de la realidad…
Hoy, como nunca, hay indicios, pruebas, datos, intuiciones, premisas, pesquisas posibles, que pueden existir colectivos y grupos y poderes, que desean “controlar y gestionar a los seres humanos, con la realidad irracional del ser humano”. Es decir, con la dimensión pasional, emocional, sentimental, libidinal o llevando al ser humano a unas experiencias y vivencias de hipersensualidad e hipersexualidad. No buscando el equilibrio, la unidad esencial y substancial del y con el ser humano, esa unidad esencial y substancial que ya preconizaba el maestro Aristóteles. Sino desbocando y desorganizando al ser humano desde la afectividad… ¡¿Y, así llevarlo hacia una dirección y/o hacia otra…?!
En el fondo existe un problema esencial en la civilización actual, que puede plantearse de muchos modos y de muchas maneras. Y, para mi es especialmente grave. No pondré nombres, pero he tenido a algunos científicos como casi pequeños dioses y pequeños ídolos, durante lustros y décadas. Esto puede suceder lo mismo en otros grandes genios, menos en genias –porque las mujeres son más equilibradas que los hombres, en general-, de distintos saberes, y, después han llevado en algunos aspectos de su vida, formas de ser y de hacer y de actuar, no suficientemente morales…
La gran cuestión es, si tenemos que valorar y ponderar y juzgar, en sentido estricto, serio y ortodoxo, no solo las grandes acciones o concepciones del saber propio de esas genialidades, sino también, juzgar a la luz de los Derechos Humanos, las actuaciones de esos mismos seres humanos… porque quizás, la tolerancia nos lleva a no tocar esos temas. ¿Pero en un hombre se puede diferenciar tanto sus actuaciones morales de sus actuaciones sea en filosofía o en literatura o en ciencia o en pintura…? ¿Es que existen dos hombres en el mismo, o los dos forman su/una realidad esencial…?
No soy yo, el que voy a juzgar a Sánchez Dragó en sus acciones, sean reales o sean mentiras o sean imaginarias. Pienso que fue un ser humano que llevó una enorme herida toda la existencia por la muerte de su padre, y, de la forma que falleció, y, no haber conocido a su padre. Pienso que toda la vida estuvo buscando de alguna forma y manera a su padre. Pero también sé, que si hubiese evolucionado ideológicamente hacia otra posición, y, no como lo hizo, muchas críticas que se le han hecho durante estas décadas, no se la habrían hecho, aunque su vida hubiese sido igual o semejante…
Aquí, se plantea, que la intelectualidad, debe valorar y estudiar y analizar, si hay que entrar no solo en la producción cultural de los hombres geniales, sino también, en su forma de ser y actuar y hacer, a la luz de la libertad de pensamiento y de conciencia de cada uno, pero también a la luz de los Derechos Humanos y de una ética moral mínima universal… ¿¡Pero nosotros desde fuera, podemos conocer otro corazón humano, o solo podemos hablar de grandes principios…!? ¡Pero si alguien se salta algún Derecho Humano, tendremos que indicarlo, para que otras personas no lo hagan…! ¡Mi homenaje a/l Sánchez Dragó, un ser que siempre estuvo buscándose…!
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (18-19 abril 2023 cr).
Fin artículo 3.536º: “El dolor de las palabras”.