Un bebé español lleva 8 meses retenido en Rusia

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Suplementos 04 Marzo 2016 1743 Votos Correo electrónico Imprimir
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La niña, nacida por gestación subrogada en Moscú, no puede viajar a España con su madre legal española

  • María Teresa Gregorio Roig es madre soltera de Ibiza y acusa al Cónsul de decirle que “abandone a su hija en un orfanato ruso”

 

  • “Cuando se me acabe el dinero pediré limosna a la puerta del Consulado. No tengo ni cuna y duermo con la niña en la misma cama”

Foto RusiaIbiza, 4 marzo 2016.- Un bebé español de 8 meses se halla retenido en Moscú (Rusia) desde que nació como consecuencia de que el Consulado español en esta ciudad le niega el salvoconducto para viajar a España.

La niña, de nombre Karla María Gregorio Roig, nació en Moscú de madre española soltera el pasado 7 de julio de 2015 mediante un proceso de gestación subrogada. La madre María Teresa Gregorio Roig, de 47 años de edad, de profesión empresaria de carpintería y que vive en Ibiza, ha decidido ahora revelar una situación que considera “absolutamente dramática para mi hija y para mi”.

María Teresa Gregorio inició esta travesía en 2006, cuando intentó diversos procesos de adopción por mediación del Consell de Ibiza y el Gobierno Balear desde Nepal y China. Al no conseguir la adopción por cambios legislativos en estos países para situaciones monoparentales, en 2014 decidió acudir a una empresa española referente en procesos de gestación subrogada para tramitar este nacimiento en Rusia.

En su caso, no ha podido aportar material genético propio por su edad ni ha dado a luz a su hija al tratarse de un proceso de maternidad sustitutiva. El Consulado español en Moscú no reconoce a las madres comitentes que no aportan material genético propio, pese a que por ejemplo recientemente un Juzgado de Primer Instancia de Madrid en otro caso idéntico ha reconocido la filiación de una madre española (pese a no dar a luz ni aportar material genético) siguiendo el criterio de la jurisprudencia internacional de Estrasburgo aplicable a España.

Durante los primeros seis meses María Teresa Gregorio estuvo viviendo en el Hotel Volga de Moscú y desde hace dos meses ha alquilado un apartamento, cuya renta roza los 1.000 euros mensuales. “Se me está acabando el dinero, así que dentro de poco tendré que pedir limosna delante del Consulado. No tengo ni cuna y duermo con la niña en la misma cama”, afirma. “Pero yo no me voy de Rusia sin mi hija y desde luego lo que quiero es volver a España”.

El Consulado español en Moscú está vulnerando el artículo 3 de la Convención de los Derechos del Niño de la ONU, el artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, los artículos 7 y 8 del Real Decreto 116/2013 sobre expedición de pasaporte provisional y salvoconducto, el artículo 14 del Convenio entre el Reino de España y la URSS sobre asistencia judicial en materia civil, de 20 de octubre de 1990, y el artículo 2 del Convenio de 5 de octubre de 1961, sostiene María Teresa Gregorio a través de sus asesores legales.

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Tras el nacimiento de la menor a la que registró en Rusia con el nombre de Karla María, María Teresa Gregorio presentó el certificado de nacimiento de la niña emitido por la Federación Rusa para su inscripción en el Registro Civil Consular español de Moscú, así como una solicitud de salvoconducto para que la niña pudiera viajar a España. Ambas solicitudes han sido denegadas por el Consulado español en Moscú.

Por un lado, el Consulado no reconoce la sentencia de un juez de la Federación Rusa que confirma que María Teresa Gregorio Roig es la madre legal de la menor y que se ha aplicado correctamente la ley rusa respetando los derechos de todas las partes involucradas en el procedimiento de gestación subrogada. El Consulado español tampoco expide a la niña el salvoconducto para viajar que se otorga a los ciudadanos españoles en casos excepcionales, como pérdida de pasaporte o falta de documento de viaje, entre otros, alegando dudas sobre el hecho de que la solicitante sea realmente la madre de la menor y que pueda representarla.

Para María Teresa Gregorio, “mi hija es española, de hecho su única relación familiar es conmigo porque soy madre soltera, y el certificado de nacimiento ruso especifica claramente que mi hija es española”.

María Teresa Gregorio considera que “se está vulnerando el Convenio de La Haya, que obliga al reconocimiento recíproco de los certificados de nacimiento, y también el Convenio Europeo de Derechos Humanos, que reconoce la filiación en interés superior del menor cuando se trata de defender el derecho a la vida privada y familiar; ambos convenios están suscritos por España”.

Además de no silenciar más su situación, María Teresa Gregorio anuncia paralelamente acciones legales contra el Cónsul de España en Moscú “por prevaricación administrativa, dado que me niega algo que habitualmente conceden otros Consulados españoles en países donde la gestación subrogada también está autorizada”.

Según el servicio jurídico de la empresa española que ha tramitado el procedimiento de la gestación subrogada, “en casos similares tras el regreso a España con el menor, la madre comitente (española) reconoce la filiación del menor mediante adopción en un trámite de jurisdicción voluntaria que no suele durar más de cuatro meses. Por eso, la decisión del Consulado de España en Moscú es arbitraria y totalmente desproporcionada, y está causando un grave perjuicio a la madre y a la hija”.

“En otros países, como Estados Unidos o Grecia -afirman los abogados - sólo presentando una resolución judicial parecida a la que ha obtenido María Teresa Gregorio los Consulados proceden a la inscripción de los menores en los Registros Civiles aunque los padres no hayan aportado material genético propio. Al ser madre soltera, el desamparo es todavía más dramático”.

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo." hspace="12" >Fundada en 1969 en Ibiza por su padre, Carpintería Gregori es un taller familiar especializado en trabajos de madera para la construcción y ebanistería. María Teresa Gregorio es la administradora de la empresa, que tiene en la actualidad cinco empleados. Debido a su situación familiar y por el hecho de haber estado ausente durante ocho meses, la empresa está a punto de quebrar. Su padre, de 70 años, se halla en un estado de salud delicado, camina con muletas, duerme con un respirador de oxígeno y también se inyecta diariamente dosis de insulina.