Ante un proyecto de construcción o remodelación de alguna edificación, hay que tomar una decisión importante: contratar o no a un arquitecto. La razón es que la experiencia y habilidades de este profesional pueden hacer realidad tus ideas y garantizar que el resultado sea agradable desde el punto de vista estético, funcional y seguro. Pero, ¿en qué circunstancias y por qué deberías considerar contratarlo?
Evaluación del proyecto
El punto de partida para tomar la decisión tiene que ver con la magnitud y complejidad del proyecto que quieres llevar a cabo. En el caso de una remodelación pequeña, por ejemplo, cambiar los gabinetes de la cocina o pintar una habitación, lo más seguro es que no necesites un arquitecto. Lo mismo si tienes un contratista de confianza que pueda encargarse de los detalles técnicos de una obra más grande.
Pero, la situación cambia en proyectos de mayor envergadura, por ejemplo, la construcción de una casa desde cero, añadir una nueva habitación o hacer cambios estructurales importantes. En estos contextos, la figura del arquitecto es relevante porque puede crear el diseño adecuado y que cumpla con los estándares y normas de construcción locales.
Diseño personalizado
Una de las ventajas más importantes de contratar a un arquitecto en Vigo es que puedes obtener un diseño personalizado. Este experto materializa tus ideas sobre cómo debería lucir y funcionar tu espacio. Se esforzará por comprender tus necesidades, preferencias y presupuesto, para dar lugar a un diseño único que sea el mejor de tu estilo y optimice el uso del espacio.
Por supuesto, también te dará su punto de vista como especialista en cuanto a la forma de hacer realidad tu perspectiva e incluso, puede abrirte la mente a ideas que quizás no habías tomado en cuenta.
Conocimiento técnico y normativo
Los arquitectos conocen muy bien los códigos de construcción y las regulaciones locales, lo cual es esencial para que el proyecto cumpla con todas las normativas establecidas en las leyes y puedas de esta forma evitar problemas legales y posibles retrasos. Asimismo, conocen las últimas técnicas y materiales de construcción, para garantizar la eficiencia energética y sostenibilidad de la obra.
Gestión del proyecto
Aunque muchas veces se piensa que el trabajo del arquitecto solo tiene que ver con el diseño, la verdad es que también puede encargarse de la gestión completa del proyecto, incluyendo aspectos como la coordinación con contratistas, la gestión de los permisos necesarios y supervisión de la construcción para que se realice según el plan establecido.
El hecho de que una persona con experiencia se encargue de esto, reducirá tu estrés y asegurará que la obra se mantenga dentro del presupuesto y cronograma.
Valor a largo plazo
Es cierto que contratar a un arquitecto es un coste adicional que debes incluir en el presupuesto, pero sus conocimientos y habilidades pueden aumentar el valor de la edificación, puesto que este se encarga de mejorar tanto su diseño como su funcionalidad.
Un diseño bien pensado da como resultado un mayor atractivo estético y comodidad de la propiedad, lo que aumenta su valor si piensas venderla. Por otro lado, los arquitectos pueden sugerir soluciones para reducir los costes de mantenimiento en el futuro, lo que se traduce en un ahorro a largo plazo.
El factor financiero
Ten en cuenta tu presupuesto para decidir si contratas o no a un arquitecto, quien cobrará por su trabajo y la envergadura de la obra. Así que, antes de comenzar, conversa los honorarios y pregunta qué servicios están incluidos. Aunque posiblemente te parezca que el gasto inicial es elevado, no olvides que los beneficios son mayores.
Comunicación y colaboración
Para una adecuada relación con el arquitecto, tienes que sentirte cómodo al comunicar tus ideas y expectativas. Este profesional debe escucharte con atención y trabajar contigo para alcanzar los objetivos. En el momento en el que tienes el primer contacto con él, puedes ir dándote cuenta de si podrás mantener una comunicación abierta con él o no.