Los incidentes de insultos, amenazas y demás caracteres de tipo xenófobo que están
acrecentándose cada día más son una muestra o indicador de la decadencia
moral que sufre nuestra sociedad.
La falta de implicación y compromiso tanto de instituciones, autoridades,
personas comunes en general para crear unos ámbitos donde
se pueda vivir, respirar con tranquilidad y pasear por nuestras
calles sin temor a una agresión racista es la consecuencia
de la pasividad social.
Pareciera que todo el mundo está esperando a que el problema
lo resuelva el vecino y así claro la solución es postergada.
Viviremos en una sociedad cada día sin duda alguna más
violenta hasta de algún día nos pongamos manos a la
obra y alguno empiece.
No se libra el fútbol donde los millones vuelan de un
lado para otro y donde ese espacio está ya muy
alejado de los valores realmente deportivos.
Ni que decir tiene que hoy día no existe un país
con una "raza" determinada sino que es más bien
el resultado conjunto de oleadas de emigrantes que
colonizaron o fueron moviéndose a otros lugares
y somos hoy el resultado de una increíble mezcla
de miles de años.